Siempre se dice que de una boda sale otra y este fue el caso.
Virginia y Rubén contactaron conmigo a través de otra pareja a la que les iba a hacer la boda.
Concertamos una cita y conectamos al momento. Virginia rebosa vitalidad y nervio lo que hace que sea la pareja ideal para Rubén mucho mas tranquilo.
Toda la boda se celebró en la casona de «La Isla». Este lugar me gusta especialmente ya que nos deja hacer fotos de pareja en el Jardín botánico y así podemos escaparnos para que respiréis un poco sin estar demasiado lejos de vuestros invitados.
Una ceremonia en el jardín con emotivas lecturas que casi me hacen saltar las lágrimas, cóctel en el patio y banquete en la carpa exterior.
Una pareja decidida e inseparable que hizo que su día fuese tan feliz que les supo a poco.